José Luis Gallego nacido en Barcelona el 1964, es periodista ambiental y escritor, miembro de
El domingo 30 de Marzo pasado nos deleitó con una descripción fabulosa del grillo de campo (Gryllus campestris). No he podido evitar hacer mención a dos curiosidades sobre este mágico insecto. Nos cuenta que las diferencias de sonido al cantar están relacionadas con el marcaje del territorio o el inicio del período de celo del insecto, pero, además de servir para comunicarse con los miembros de su especie, el canto del grillo también le transmite información al ser humano. Escuchando detenidamente su canto se puede calcular la temperatura ambiente y predecir el tiempo que hará al día siguiente. Hasta aquí parece la típica historia de campesinos, pero resulta que podría tener una base científica.
Según nos explica J.L. Gallego, el organismo de estos insectos interactúa de una manera directa con la temperatura que los rodea acelerando o reduciendo los ritmos vitales de su metabolismo. Si hace frío el canto es más lento y espaciado en cambio, si hace calor, el canto es más vigoroso y acelerado.
Si tenemos la suerte de tener un grillo que nos cante al anochecer, este amigo nos invita a calcular la temperatura exterior. ¿Cómo? Se trata de contar el número de notas que emite durante un minuto, nos aconseja que para ello vayamos haciendo una marca en un papel por cada nota, se suman todas las notas y se divide entre
Es tan sumamente interesante el canto de los grillos que según este escritor, en Las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi, se puede percibir claramente el canto de los grillos, tanto es así que –según él- parece que siguieran la misma partitura.
Será cosa de hacer la prueba y disfrutar. Ahora es el momento cuando los grillos aprovechan las primeras tardes de sol para deleitarnos con su canto.
Quisiera agradecer desde aquí a José Luis Gallego la aportación tan interesante que nos deja una vez más en su “Diari de
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